Fray Venancio Ferraro Farinella OFM
Nacido en Gangi, provincia de Palermo en Sicilia, el 25 de febrero de 1932, el Padre Venancio Ferraro Farinella, entrañable franciscano con un gran apego a la vida fraterna y a la espiritualidad Franciscana hizo del Perú su segunda patria
Desde temprana edad sintió en su corazón el llamado de Cristo, que le decía dulce y amorosamente: “Ven y sígueme”, es así, que al terminar su educación primaria ingresó a la Orden Franciscana.
En septiembre de 1951 emitió sus Votos Temporales, el 08 de diciembre de ese mismo año sus Votos Perpetuos y el 20 de julio de 1958 fue consagrado sacerdote.
Cumpliendo su sueño misionero, el 9 de diciembre de 1981 llegó al Perú, como Custodio, acompañado por P. José Rosas, al cabo de un período bastante difícil en la vida de la Entidad. Empezó su incansable trabajo en la búsqueda de superar los problemas que la aquejaban.
Su insistencia en los temas que hoy la Orden considera fundamentales para el momento actual han quedado cuajados en su libro “Migajas de Amor y de Esperanza”, en las múltiples cartas y documentos que hizo llegar a lo largo de sus más de 15 años de labor misionera.
Se desempeñó como Custodio en los períodos: 1981 – 1985; 1985 – 1988; 1991 – 1994 y 1994 – 1997. Durante el Capítulo de este último año, al despedirse dijo: “… lo que guió mi trabajo fue la fe en la Custodia y en su destino futuro. Me tocó, por momentos, luchar contra el pesimismo y el desánimo de uno u otro hermano… mas, dentro de mí, les puedo asegurar, aún en los momentos más difíciles, nunca faltó la confianza de la superación… para hacer un espacio siempre más grande al Plan de Dios sobre la Custodia y propiciar el prenderse de la esperanza hacia un mañana más maduro, más sereno, más fiel, más fecundo, más comprometido, más intensamente franciscano…
Una de sus muchas preocupaciones ha sido propiciar el desarrollo de la familia franciscana, con énfasis puesto la construcción de la fraternidad orante y contemplativa que evangelice más con el testimonio de vida que con la riqueza de las palabras, con una confianza total no sólo a Dios sino la calidad de los hermanos y una posibilidad de que la Custodia llegue a ser una realidad vivida de la misión que Dios y la iglesia les ha confiado
Tuvo un amor preferencial por nuestras vocaciones, lo que queda plasmado en la Casa de Trujillo, soñada, proyectada y luchada intensamente hasta convertirla en la más hermosa y completa de la Custodia, pero sobre todo en el corazón y en la formación de quienes tuvieron la dicha de compartir, como dice el Custodio, un tiempo de gracia con él.
Campo especial de la entrega sacerdotal del padre Venancio ha sido desde los comienzos hasta el presente, la evangelización siguiendo los métodos y compromiso del movimiento franciscano “Presencia del Evangelio” y acompañando al “Instituto Seglar de las Misioneras del Evangelio”.
Incansable, dinámico, optimista, alegre y bonachón, el Padre Venancio Ferraro Farinella, ha dejado en el corazón de todos los peruanos muy gratos recuerdos.
Nos unimos a la alegría de la gran familia franciscana y nos congratulamos por estos 50 fructíferos años de servicio sacerdotal, al servicio de Dios y sus hermanos, elevando nuestras plegarias para que el todopoderoso recompense tanto esfuerzo, tanto amor y tanta dedicación siguiendo las huellas de Cristo crucificado