domingo, 2 de mayo de 2010

EN DEFENSA DEL PAPA (POR JAVIER TEMOCHE QUESADA SC)



Repetidamente se ha divulgado por distintos medios noticias que atacan a la Iglesia Católica y desprestigian la autoridad del Papa Benedicto XVI. Precisamente sobre esto un sacerdote amigo, me contó este hecho que le sucedió hace muchos años.
Recuerdo -me relató- que encontré tirado junto a otras cosas que se iban a desechar, un pequeño catecismo, todo maltratado, roto y con las hojas descoloridas. Me llamó la atención -continuaba- y se me quedó muy grabado una frase que estaba en la primera hoja de este librito: “No hay sacerdotes malos, hay hombres malos vestidos de sacerdotes”
Frente a noticias escandalosas y por un exceso de tolerancia, podría pensarse que estamos agazapados, muertos de vergüenza de pertenecer a la Iglesia Católica, por eso es necesario nuestro punto de vista.
Queda claro, que no defenderemos a los hombres malos vestidos de sacerdotes, defendemos a nuestra madre la Iglesia Católica y al Papa Benedicto XVI y junto a ellos a nuestros obispos y a miles de hombres buenos que visten la sotana, a miles de religiosas y laicos consagrados que son verdaderos “Cristo” en la tierra, por su comportamiento, por su forma de vida, por su ejemplo diario.
Creer en la Iglesia y en el Papa es nuestra fe, por eso la defendemos y cuando alguien difunde noticias diciendo que la Iglesia no hace nada, o que el Papa oculta casos a pesar de tener conocimiento; no caigamos en el facilismo de juzgar y criticar tan sólo teniendo el argumento de una parte: la noticia escuchada.
Se ha hecho insinuaciones y se ha emitido todo tipo de juicios sobre los casos de pederastia, casos con víctimas reales de las que se han valido para atacar al Papa y poner en el juicio de la gente la estabilidad de la Iglesia Católica, nada más equivocado. Considero que hay un interés claro de tratar de desprestigiar a la Iglesia y de poner en juicio al Papa, intención poco santa que se nota hasta en los comentarios de los presentadores de noticias. Comparativamente si nos fijamos, muy poco o nada se dice de los incontables casos de sacerdotes, religiosos y religiosas santos, que son parte de la Iglesia Católica y que trabajan hasta agotar su vida por la salvación y por la dignidad de las personas. Incontables son los obispos, buenos y santos, entregados a sus diócesis para que sus fieles se acerquen a Dios y para que estando cerca de Dios sean mejores personas, mejores ciudadanos. Es una garantía para la sociedad que donde haya un buen cristiano, haya un honrado ciudadano, de esto no se habla, porque no vende, porque no es escándalo.
Una es nuestra Iglesia porque uno es su fundador y en ella formamos un solo cuerpo. (1º Co. 12, 12).
Santa es nuestra Iglesia, pues santo es su fundador y santos son sus fines y objetivos. Sus miembros están llamados a ser santos.
Es católica "universal", en cuanto busca anunciar la Buena Nueva y recibir en su seno a todos los seres humanos, de todo tiempo y en todo lugar.
Y es apostólica porque guarda y transmite las enseñanzas oídas a los apóstoles.
Lejos de ser perfectos, y aún reconociéndonos pecadores, sabemos que Dios espera siempre nuestro cambio y conversión, para alcanzar con ella nuestra salvación eterna.
Por eso pido respeto para los católicos y para las autoridades de la Iglesia encabezadas por el Papa Benedicto XVI.
No pretendo animar con este escrito alguna respuesta, sólo defiendo a mi Iglesia y con ella a todos sus miembros buenos, por fe, por amor y por pertenencia.
*Salesiano Cooperador.

Ángeles se manifiestan en plena Misa en Tungasuca Carabayllo Lima Perú