El 31 de octubre de 1948, un grupo de 10 misioneros franciscanos de la Provincia del Santísimo Nombre de Jesús, de Sicilia, Italia, fundaron la Misión en Huancabamba, centro desde el cual atendían las parroquias de Huancabamba, Sóndor, Canchaque y Huarmaca. Con el correr del tiempo fundaron, en 1963, el Hogar y el Colegio “San Antonio” de Piura. Más adelante, la Parroquia “Santa María de Jesús, de Lima, y la Casa “P. Gabriel M. Allegra, de Trujillo. En cada uno de esos lugares, además de su misión pastoral, desarrollaron un intenso trabajo por la promoción integral de las comunidades que nos fueron confiadas.
1.- Así, en el campo de la Educación, el 12 de enero de 1961, por medio de la R.D. Nº 167, el Ministerio de Educación autoriza el funcionamiento del Colegio Particular “San Francisco de Asís”, de Huancabamba, siendo su primer Director el R.P. Aquiles Scala. El 27 de abril del mismo año, a través de la R.M. Nº 6982, se autoriza el funcionamiento de una sección nocturna. El 31 de diciembre de 1963, el Colegio fue nacionalizado por R.S. Nº 659; fue encomendado a los padres franciscanos por R.S. Nº 101, del 22 de febrero de 1964. El día 23 del mismo mes, se firmó el Contrato de Locación respectivo entre la Primera Región de Educación, de Chiclayo, y los padres franciscanos. El 1º de abril de 1963 se crea el Orfanato y la Escuela Primaria “San Antonio”, cuyo funcionamiento es oficialmente reconocido por el Ministerio de Educación con R.D. Nº 1267, del 28 de mayo de 1963, siendo su primer Director el R.P. Pedro Musmeci. El C.E. Secundario Común de Mujeres “Emilio Espinoza”, de Canchaque, fue fundado por iniciativa del R.P. Teodoro Corticchia. Fue autorizado por R.M. Nº 2427, del 12 de mayo de 1966. En 1967. Siendo párroco el R.P. Bernardo Castagna, se les encargó la Dirección a las Hermanas de San José de Tarbes que, en febrero del mismo año habían llegado a Canchaque, en número de cuatro: M. Isabel Vega, M. María de Lourdes, M. Gabriela y M. Micaela. En 1978 se fusionó con el Instituto Nacional Agrupecuario Nº 48. En Huarmaca, por iniciativa del R.P. Bernardino Ferrante, se fundó el Colegio Parroquial “Santa Ana”, cuyo funcionamiento fue autorizado por R.M. Nº 1603, del 25 de abril de 1968; fue reconocido como Mixto por R.M. Nº 5375, del 19 de noviembre de 1968, construyéndose para su uso y moderno local, de material noble, de dos plantas, que fue concluido en el mes de julio de 1970. En 1978, por iniciativa del R.P. Esteban Buscemi y M. Isabel Vega, se funda un Anexo del Colegio “Emilio Espinoza” de Canchaque, en El Faique. En la actualidad, este colegio, ya autónomo, lleva por nombre “San Miguel Arcángel”. En abril de 1979, por iniciativa del R.P. Bernardo Castagna, se fundó el Colegio “Santa María de Jesús”, en la Urbanización Ciudadela San Felipe, Comas, Lima. Fue reconocido oficialmente por R.D.Z. Nº 1077, para los Niveles de Educación Inicial y Primaria. El 11 de octubre de 1984, por R.D.Z. Nº 1817, se amplió el servicio al Nivel de Educación Secundaria. Lo dirige, desde su fundación, la Sra. Martha Alzamora Salinas. En 1992, por iniciativa del R.P. Esteban Buscemi, se fundó el Instituto Superior Pedagógico “Florencia Profilio”, cuyo proyecto de fundación fue aprobado por R.M. Nº 0974-92-ED, del 11 de diciembre del mismo año. El D.S. Nº 03-94-ED, del 4 de mayo de 1994, reconoce y autoriza el funcionamiento del Instituto y aprueba el Reglamento General que regirá su marcha. Ejerce la Dirección, desde la fundación, la Srta. María Ramos Ancajima, que ha compartido con Fr. Esteban y la Hna. Querubina La Motta los esfuerzos hasta la culminación del proyecto. Circunstancias coyunturales actuales en el campo de la educación han dado origen al Colegio “San Francisco de Asís” de El Faique, en la infraestructura del ISP, mientras el Sector decide la suerte de los Institutos Superiores. En abril de 1986, por iniciativa de las Srtas. Filomena Lo Manto y Lia Guillermino, del Movimiento “Presencia del Evangelio”, estrechamente ligado a la Custodia, a través de Convenio establecido entre la Diócesis de Chulucanas, el Movimiento Laico para América Latina y el Ministerio de Educación, fundaron el CEO “Juan B. Li Puma”, en Huancabamba, el mismo que ofrecía los servicios de Corte y Confección y Auxiliar de Contabilidad. Contaba con seis anexos en el área rural, dos centros de alfabetización y el CEO “P. Esteban Buscemi”, en El Faique.
Circunstancias diversas originaron que algunos de nuestros colegios pasaran a ser administrados por otras Instituciones. Así, en enero de 1977, el Colegio “San Francisco de asís” de Huancabamba, fue entregado al Estado. En la Década de los noventa, el Colegio “Santa Ana” de Huarmaca, pasó a ser administrado por la Diócesis de Chulucanas. Desde 1967, el Colegio “Emilio Espinoza” fue atendido por las Hermanas de San José de Tarbes. Desde enero de 2001, ha pasado a ser administrado por la Diócesis de Chulucanas, quien, en enero de 2006 encomendó la Dirección del mismo, al Párroco, R.P. Rodolfo Ibáñez Neira[1].
2.- En el campo de la Salud, ya desde muy temprano, el 14 de mayo de 1950, P. Bernardo Castagna, lanzó la idea de construir el hospital provincial “San Francisco” para Huancabamba. Para el 17 de julio ya se había comprado un terreno y el 22 del mismo mes se empezaron los trabajos. En 1952 se inauguró uno de los pabellones; se había equipado con catres; se contaba con el apoyo del médico de la localidad y voluntarias que querían servir como enfermeras. Sólo faltaba instalar el agua. El proyecto, sin embargo, se frustró por la acción de gente interesada que impidió que se lo pudiera dotar de este vital elemento. En 1977 el local fue entregado al Ministerio de Educación para ser usado como escuela.
Entre 1972 y 1975, P. Timoteo Orlando que, como Ministro Provincial (1966 – 1972), había demostrado particular interés y cariño por la Custodia, fue designado Custodio. Además del brillante trabajo que realiza a favor de la Entidad y el que despliega en el campo pastoral, dedicó un delicado y sostenido esfuerzo en el cuidado de los enfermos. Sus conocimientos en este campo, su compasión para con los que sufren, se vuelcan en la atención médica que brinda en la parroquia de Huancabamba a los miles de campesinos que acudían en busca de ayuda. La gente del campo y del pueblo lo amó, lo veneró y lo consideró el “Padrecito doctor” durante todo el tiempo que estuvo entre nosotros. En 1975 fue elegido nuevamente Ministro Provincial en Sicilia y tuvo que abandonar estas tierras que tanto amaba.
La preocupación de los misioneros por la salud de la gente se manifiesta de múltiples maneras. Así, en Huancabamba, P. Esteban Buscemi, en su dilatado servicio como Párroco, entre las muchas obras que realiza, concibió la idea de construir un Policlínico en la ciudad y diez centros de salud en el área rural, que se equiparon con una ambulancia. Durante el período 1991 a 1993, en colaboración con la Municipalidad provincial se van a construir capillas y postas de salud.
A fines de 1988, por iniciativa del R.P. Bernardo Castagna, secundado por P. Manuel Rosas, se fundó en la parroquia “Santa María de Jesús”, de Lima, el Consultorio Médico Dental gratuito, como complemento para el trabajo social que se realizaba a través de 21 comedores parroquiales, organizados para paliar los efectos de un paquete de medidas económicas ejecutado por el Gobierno. Médicos, odontólogos, personas amigas se comprometieron de inmediato en el esfuerzo, atendiéndose de modo preferencial a los más pobres y necesitados. En 1991, en otra administración, se convirtió en el actual Policlínico Parroquial “Santa María de Jesús”.
En cada una de las comunidades que nos fueron confiadas se puso de manifiesto el cuidado de la salud de las personas, especialmente los más pobres y necesitados. El paternal cuidado y la soberbia organización de la Diócesis de Chulucanas permitieron que, además de la atención que se podía brindar en cada una de las parroquias, se pudiera atender los casos más serios en coordinación con el Área de Salud de Chulucanas, a través del Fondo Santa Rosa y similares, derivándolos a centros especializados.
3.- En el campo de la Promoción Humana: El trabajo pastoral no puede realizarse sin un fuerte trabajo de promoción humana. La Diócesis de Chulucanas, al aplicar desde hace más de 30 años el Plan Nueva Imagen de Parroquia (NIP) –actualmente, “Renovada Evangelización Diocesana” (RED)- impulsó el trabajo pastoral de modo que no sólo se atienda sino que se organice en cada uno de los caseríos de cada una de las parroquias un Equipo de Coordinación Zonal –ECZ-, verdaderos motores no sólo del desarrollo espiritual y la atención pastoral, sino de la promoción humana integral de las comunidades. Los miembros de los Equipos reciben una cuidadosa y permanente formación e información y participan en la toma de decisiones, a través de las estructuras parroquiales y diocesanas.
Una muestra, particular, sin duda, de ese trabajo fue el que realizó la Parroquia “San Miguel” de Sóndor y Sondorillo. El denominado “Proyecto Sóndor” se desarrolló de 1991 a 1995, con el financiamiento de la Conferencia Episcopal Italiana –CEI- . Abarcaba los distritos de Sóndor y Sondorillo. Comprendía 5 actividades básicas: a) construcción de la Casa del Campesino, en Sóndor; b) Funcionamiento de la Estación parroquial de radio “San Francisco Solano”; c) producción de materiales audiovisuales para la capacitación de los campesinos; d) formación y capacitación de 60 promotores de salud (uno para cada caserío) y dotación de un botiquín de medicamentos básicos, para cada uno de ellos, administrados con un sistema de fondo rotatorio, debidamente supervisado y reabastecido por el Botiquín Central parroquial, y e) programas de alfabetización y post alfabetización en ambos distritos.
La participación de los laicos en el desarrollo del proyecto era condición sine que non, porque no se trataba de algo asistencial, sino de soñar y realizar con ellos una promoción humana y comunitaria que les diera alas para labrar su propio destino.
Coincidió con el actuar del movimiento terrorista Sendero Luminoso en la zona (1989 – 1996), razón por la cual los religiosos que trabajaron en el proyecto se pusieron en la mira de los terroristas y también de las fuerzas del orden. Su inspirador y conductor fue siempre su párroco, Fr. José Rosas Castillo, quien sirvió en esa parroquia desde 1988 hasta el 2004. No reemplazó al trabajo pastoral, sino fue su necesario complemento, ya que atender tan de cerca a los campesinos y sus comunidades, sus carencias y sufrimientos despertaron en el alma del párroco el deseo de responder, también “materialmente” a tantos desafíos.
He aquí una narración de este proyecto tan interesante: “El 16 de agosto de 1993, en un cálido día soleado, se inauguró la “Casa del Campesino”, en Sóndor, distrito de la Provincia de Huancabamba. Es un soberbio edificio de 320 metros cuadrados, de dos plantas, todo de concreto armado, pensado y construido para proporcionar alojamiento y cómodos ambientes de estudio y trabajo para los campesinos de los 60 caseríos que por entonces formaban la parroquia.
Cuenta con dos dormitorios, uno para varones, con capacidad para 40 personas, con su correspondiente batería de baños y duchas, y otro para mujeres, con capacidad para 20 personas, también con su batería de baños. Dos aulas de clase, con capacidad para 30 personas cada una. Un auditorio con capacidad para 60 personas cómodamente instaladas. Ambiente para oficina, comedor, cocina, dos baterías completas de baños para la primera planta. Todo el mobiliario de la casa, desde los catres y colchones hasta los pupitres, carpetas y mesas ha sido diseñado específicamente para esa casa. Detrás de la misma, una extensión de aproximadamente un tercio de hectárea sirve como chacra para cultivos demostrativos.
La parroquia había desarrollado desde varios años antes un programa de promoción humana y de organización comunal y había organizando en cada uno de sus 60 caseríos un Equipo de Coordinación Zonal, verdadero motor de la participación de la comunidad, no sólo en lo que a trabajo pastoral se refiere, sino en todo lo que tenía que ver con el bienestar y el desarrollo de la comunidad. Una de las primeras tareas que se asumieron fue preparar a los miembros de esos equipos, cada uno con un rol bien definido. Para eso era necesario organizar cursos. Cada mes se realizaban cursos para coordinadores, secretarios, mensajeros, promotores comunales, delegados de justicia y paz, catequistas, promotores de salud… El problema era dónde alojarlos, cómo brindarles ambientes cómodos para el estudio y las reuniones. De ahí la necesidad de la Casa del Campesino.
Mi participación en la aventura había empezado, en realidad, en febrero de 1990, un día después de mi llegada a esa parroquia. El P. José Rosas era entonces el párroco y el superior de la fraternidad. Me invitó a dar un paseo por una llanura cercana a la casa parroquial. Me dijo que teníamos que construir una casa para los campesinos, porque no era justo que ellos caminaran muchas horas (algunos hasta 12 horas) para participar en los cursos de capacitación que se daban, o en las reuniones, y tuvieran que dormir como animales en el suelo. Igual, una estación de radio, para que lo que aprendieran en los cursos lo pudieran escuchar nuevamente en sus casas o chacras y se enteraran además los vecinos. Luego, comprar una cámara de video, para producir material audiovisual para los cursos, aprovechando la magia que significaba para los campesinos la pantalla del televisor. También, continuar y ampliar la formación de la red de promotores de salud, de modo que abarque a todos los caseríos, y dotarlos de pequeñas farmacias en las que puedan comprar medicamentos a precios bajos. Eso debido a que la gente tenía la costumbre de morirse por cosas muy simples y no podíamos permitirlo. Ah, también un programa de alfabetización por que, ¿cómo van a hablar de la Palabra de Dios a los demás, si no saben leer ni escribir? Me quedé boquiabierto. La parroquia era pobre. A duras penas daba para comer y para pagar los gastos de un programa pastoral vasto y ambicioso.
La posibilidad se vislumbró a fines de año, cuando uno de nuestros superiores nos comunicó que estaba en condiciones de conseguir financiamiento para un proyecto de promoción humana grande, a condición de que fuera coherente, que pudiera ser aplicado en un lapso de tres años, que fuera autosostenible, etc., etc. Cuando nosotros le dijimos que sí, nos dio nueve días para concretarlo y presentarlo por escrito, con toda la documentación de sustento, presupuestos, etc. Me pareció imposible. En circunstancias normales me habría llevado varios meses hacerlo. Con todo, se preparó, se presentó, fue aprobado en el Perú y, luego de algunos meses, en Italia.
Ese día de agosto, la casa lucía envuelta para regalo, con globos blancos, amarillos, rojos, azules, con banderitas de todos los colores, en un ambiente de fiesta jamás visto, con miles de campesinos mirando embelesados el edificio, con todas las autoridades de la Provincia y de los dos distritos (Sóndor y Sondorillo) que conforman la parroquia. Había venido también nuestro superior y algunos de los familiares. Se hizo la Misa, la bendición de la casa y una fiesta muy larga y bonita.
Desde hacía un par de años (1991) funcionaba, seis horas al día, la estación parroquial de Radio: “San Francisco Solano”, desde la que llegábamos a cada uno de los caseríos con programas de formación humana y comunal, que eran como píldoras en medio de la música que le gusta a la gente. Se estaba produciendo, también desde entonces, material audiovisual para los cursos, con participación de la gente del lugar, y era hermoso ver a los campesinos emocionados porque aparecían en la pantalla del televisor.
Los programas de preparación para los promotores de salud se extenderían hasta 1995, en que cuarenta de ellos, que reunían los requisitos exigidos de preparación y experiencia, recibieron sendos “Botiquines Comunales”, verdaderas minifarmacias con medicamentos básicos, organizados con el sistema de fondos rotatorios, supervisados y abastecidos de lo necesario por el Botiquín Central Parroquial.
También en 1995 culminaron los programas de Alfabetización que beneficiaron a 2,400 campesinos[2], (la mayor parte mujeres), es decir, casi el 10% de la población de la parroquia.
Finalmente, también en 1995, se repotenciaron los equipos de la radio, dotándoseles de un transmisor de onda corta y uno de FM construido especialmente para Sóndor, con su correspondiente antena de transmisión.
Los programas de formación humana no terminaron, sin embargo, en 1995 sino que fueron ampliándose y diversificándose para responder mejor a la cambiante problemática de estos dos distritos serranos y a las condiciones del momento. En el curso de los años siguientes se inició el Proyecto de Reforestación en Cascapampa (Sondorillo), con una meta de 100,000 plantones de pino radiata y especies nativas, y en Huaricancha (Sóndor), en un esfuerzo por cambiar el microclima que hacía que la mitad de la parroquia (Sóndor) tuviera agua, fuera verde y lujuriante, y la otra mitad (Sondorillo), careciera de ella. El proyecto implicaba a dos comunidades campesinas (miles de campesinos), las dos municipalidades, Pronamachcs, la asesoría de las universidades de Piura. Involucró también a las escuelas, a los maestros, los niños, los padres de familia, a través del programa “Mi hermano árbol”[3].
El grado de compromiso con las comunidades llevó al párroco a promover las Mesas de Concertación, en el esfuerzo por propiciar la participación de las autoridades, instituciones y el pueblo en general para estudiar la realidad de cada uno de los dos distritos que conforman la parroquia, priorizar los problemas y los recursos asignados a cada Municipalidad y velar para que se inviertan respetando los acuerdos de las Mesas. Fr. José presidió la Mesa de concertación de Sóndor hasta su cambio a otra parroquia en el año 2004, en tanto que la de Sondorillo se encomendó a uno de sus vicarios.
El alma de todo ese esfuerzo fue siempre el P. José Rosas, su párroco. Fue muy emocionante trabajar tan de cerca en un sueño tan hermoso, intenso y vasto, nacido del esfuerzo sincero por cuidar y atender pastoralmente a las comunidades que le fueron confiadas”.
4.- El compromiso social de los Franciscanos: Se puso de manifiesto desde el inicio. Así, en febrero de 1959, por iniciativa del R.P. Francisco Pulvirenti, se fundó la Cooperativa de Ahorro y Crédito “San José”, en Cartavio; en 1972 se constituyó la Cooperativa “San Pedro”, de Huancabamba, contando con la asesoría del R.P. Ignacio Ferraro y el Ing. Saúl Risco, de la Cooperativa “San José”, de Cartavio. Consiguió su reconocimiento oficial el 9 de octubre de 1963, por R.S. Nº 439. Actualmente, autónoma, aún sigue funcionando. En 1963 se fundó la Cooperativa “San Juan Bautista Ltda.”, en Canchaque, reconocida oficialmente por R.S. Nº 103, del 6 de marzo de 1963, también con el apoyo y asesoría del R.P. Ignacio Ferraro y el Ing. Saúl Risco. Se independizó en 1972.
En este campo, habría que destacar, sin duda, la fundación del Orfanato “San Antonio”, en 1963, que atendió a centenares de niños hasta 1977 en que, habiendo surgido instituciones similares, como Parkinsonia, se cerró. Su fundador fue P. Pedro Musmeci Grasso quien, al mismo tiempo, involucró a las Hermanas Franciscanas en la fundación del “Hogar Santa Rosa”, para niñas, institución que por fortuna aún sigue prestando amoroso cuidado y servicios a tantas criaturas necesitadas.
5.- El trabajo vocacional: Empezó casi de inmediato, si bien sus primeros frutos empiezan a concretarse en 1956 con el ingreso del hoy sacerdote Fr. Daniel Farfán. En 1963 se fundó el seminario menor en Huancabamba. Desde sus inicios contó con la generosa y fraternal ayuda de la Provincia de los XII Apóstoles del Perú, que formó a las primeras generaciones de religiosos y sacerdotes peruanos. A partir de 1977, con la construcción y puesta en servicio de la Casa de Formación “Santa María de Jesús, en Comas, Lima, se consiguió la autonomía en este campo. Decenas de sacerdotes se formaron en estos sesenta años, si bien no todos continúan formando parte de la Entidad.
CONCLUSION: El núcleo, el centro, la razón de la Misión, la Custodia, fue la evangelización y el cuidado pastoral de las comunidades que gradualmente nos fueron confiadas. Ese es el más grande de sus logros. Las parroquias de Huancabamba, Canchaque, Sóndor y Huarmaca, en la Provincia de Huancabamba, y, desde 1988, la parroquia “Santa María de Jesús”, en Comas, Lima, bajo los lineamientos de un Plan Pastoral de participación y comunión, han creado una organización capilar, que garantiza que se cumpla el propósito de la Orden de “llenar el mundo con el Evangelio de Cristo”. Lo propio han hecho la Capilla del Convento San Antonio, en Piura, los colegios, Ceos e Institutos. Miles de laicos están comprometidos en una tarea en la cual no podemos darnos respiro.
En ese esfuerzo, los franciscanos estuvieron al frente no sólo en la construcción o reconstrucción de capillas, en la fundación de nuevas parroquias -“San Juan Bautista” de Canchaque y “Santa María de Jesús”, en Lima-, sino en la construcción de escuelas, postas médicas, locales comunales, carreteras, incluso campos de aterrizaje (en Huarmaca y apoyo decidido en el de Huancabamba).
Las nuevas generaciones de franciscanos peruanos que conformamos la Custodia, dependiente de la Provincia de los XII Apóstoles del Perú desde 2003, herederos de tan rica tradición, tenemos ahora la tarea de continuar con tan titánica labor, respondiendo a los cambiantes desafíos de los tiempos y lugares en que mantenemos nuestra presencia.
Piura, octubre de 2008.
[1] Reseña Histórica de la IE “Emilio Espinoza” – Canchaque. Cortesía Fr. Rodolfo Ibáñez N.
[2] Se iniciaron en 1991. Después, cada año se hacía un curso de Alfabetización y uno de Post- Alfabetización en los caseríos con mayor índice de analfabetos.
[3] Hoy, circulando por la ruta que va a Huancabamba pueden verse los bosquecillos de Pinos, altos y hermosos, como mudo testimonio del sueño de un franciscano que supo latir con el corazón de su pueblo y despertar en ellos el anhelo de enfrentar con decisión los retos que la realidad le planteaba. El proyecto declinó posteriormente y dejó de ejecutarse al cambiarse las autoridades políticas de ambos distritos.
R.P. Fray Manuel Rosas Castillo OFM