domingo, 27 de septiembre de 2009

San Francisco de Asís


Nació en Asís (en el centro de Italia) en 1181, por lo que es llamado "Francisco de Asís". Francisco procedía de una familia rica. Su padre era comerciante de telas. Vivió como todos los jóvenes de su edad y de su época diversas experiencias: las fiestas, las escapadas e incluso las guerras, durante las cuales fue hecho prisionero y sufrió enfermedades. Durante su convalecencia, sintió una insatisfacción profunda ante la vida. Buscó, miró a su alrededor, pero su pregunta quedó sin respuesta...
Un día, escuchando un pasaje del Evangelio, le llegó la respuesta a lo que buscaba: pasar la vida amando a toda la creación. Transformó entonces su vida, se hizo pobre, tomo la tarea de anunciar el mensaje de alegría, de esperanza y de amor contenido en la Biblia, y de llevar la paz a todas las gentes y a toda la Creación. Se vistió de un sayal gris y se ciñó con un cordón. Se vistió con los vestidos de los pobres de su época.
Toda su vida se convirtió en un anuncio y trabajo en defensa de la solidaridad con los pobres, los disminuidos, los marginados. Denuncia las injusticias y se opone a toda apropiación. En la oración encuentra su fuerza para amar y para ayudar a los otros. Un día descubre que toda la Creación forma una gran familia, una especie de fraternidad universal. Entonces invita a todos los hombres a cantar al Señor, al amor mutuo y al respeto de nuestra madre tierra, de nuestra hermana la luna, de nuestro hermano el sol...
Sus hermanos frailes querían convertir la fraternidad en una orden como las otras que existían: con grandes conventos, mucha organización, dedicación al estudio... e intentaron quitarles la gran libertad que tenían de ir de un lugar a otro y vivir en chozas y lugares abandonados. Eso reportó a Francisco un gran dolor.
Al final de su vida, resume en el "Cántico del hermano sol" sus enseñanzas sobre el respeto y el amor que todos los humanos deben tener hacia todas las criaturas de Dios. Reúne así las preocupaciones de los que cuidan la defensa de la naturaleza, de los animales y del medio ambiente. Por esto se le nombró en 1979 "patrón de los ecologista".
Cuando sólo tenía 44 años sintió que le llegaba la hora de partir a la eternidad. Dejaba fundada la comunidad de Franciscanos, y la de hermanas Clarisas. Con esto contribuyó enormemente a enfervorizar la Iglesia Católica y a extender la religión de Cristo por todos los países del mundo. Los seguidores de San Francisco (franciscanos, capuchinos, clarisas, etc.) son el grupo religioso más numeroso que existe en la Iglesia Católica. El 3 de octubre de 1226, acostado en el duro suelo, cubierto con un hábito que le habían prestado de limosna, y pidiendo a sus seguidores que se amen siempre como Cristo los ha amado, murió como había vivido: lleno de alegría, de paz y de amor a Dios.
Cuando apenas habían transcurrido dos años después de su muerte, el Sumo Pontífice lo declaró santo, el 16 de julio






San Francisco de Asís, su biografía
San Francisco de Asís, (1182-1226), místico italiano y predicador, fundador de los franciscanos. Giovanni Francesco Bernardone nació en Asís, en el seno de una acaudalada familia.
Durante su juventud Francisco llevó una vida mundana y despreocupada. Tras una batalla entre Asís y Perugia estuvo encarcelado un año en esta última ciudad. Al salir de la prisión se incorporó otra vez en el ejército de su ciudad, y se fue a combatir a los enemigos pero no llegó al campo de batalla porque se enfermó y en plena enfermedad oyó que una voz del cielo le decía: "¿Por qué dedicarse a servir a los jornaleros, en vez de consagrarse a servir al Jefe Supremo de todos?". Entonces se volvió a su ciudad, pero ya no a divertirse y parrandear sino a meditar en serio acerca de su futuro
Paseando un día por el campo encontró a un leproso lleno de llagas y sintió un gran asco hacia él. Pero sintió también una inspiración divina que le decía que si no obramos contra nuestros instintos nunca seremos santos. Entonces se acercó al leproso, y venciendo la espantosa repugnancia que sentía, le besó las llagas. Desde que hizo ese acto heroico logró conseguir de Dios una gran fuerza para dominar sus instintos y poder sacrificarse siempre a favor de los demás.
A su regreso a Asís en 1205 ejerció la caridad entre los leprosos y comenzó a trabajar en la restauración de ruinas de iglesias en respuesta, según se dice, a una visión en la que el crucifijo de la iglesia en ruinas de San Damián en Asís le ordenó que reparara su casa. El cambio de carácter de Francisco y sus gastos en obras de caridad enfurecieron a su padre, que le desheredó de forma legal. Francisco, despojándose de su camisa, de su saco y de su manto, los entregó a su padre diciéndole: "Hasta ahora he sido el hijo de Pedro Bernardone. De hoy en adelante podré decir: Padrenuestro que estás en los cielos". El Sr. Obispo le regaló el vestido de uno de sus trabajadores del campo: una sencilla túnica, de tela ordinaria, amarrada en la cintura con un cordón. Francisco trazó una cruz con tiza, sobre su nueva túnica, y con ésta vestirá y pasará el resto de su vida. Ese será el hábito de sus religiosos después: el vestido de un campesino pobre, de un sencillo obrero.
Para sus oraciones en el monte Subastio, Francisco restauró la ruinosa capilla de Santa María de los Ángeles. En el año 1208, durante una misa, escuchó una llamada diciéndole que saliera al mundo y, siguiendo el texto de Mateo 10, 5-14, "no poseyera nada pero hiciera el bien en todas partes".
Cuando regresó a Asís ese mismo año, Francisco empezó a predicar, provocando la renovación de la espiritualidad cristiana del siglo XIII. Reunió a los 12 discípulos que se convertirían en los hermanos originales de su orden, más tarde llamada la Primera Orden y eligieron superior a Francisco. En 1212 recibió a una joven (una monja de Asís de buena cuna) llamada Clara, en la comunidad franciscana; a través de ella se estableció la orden de las damas pobres (las clarisas, más tarde Segunda Orden franciscana). Fue después, en 1212, cuando es probable que Francisco emprendiera camino de Tierra Santa, pero una tempestad le obligó a volver. Otras dificultades le impidieron cumplir gran parte de la labor misionera cuando llegó a España a evangelizar a los musulmanes. En 1219 se encontraba en Egipto, donde pudo predicar aunque no consiguió convertir al sultán. Francisco viajó después a Tierra Santa permaneciendo allí hasta el año 1220. Quería ser martirizado y se alegró al saber que cinco monjes franciscanos habían muerto en Marruecos mientras cumplían sus obligaciones. A su regreso encontró oposición entre los frailes y renunció como superior, dedicando los años siguientes a planear lo que sería la Tercera Orden franciscana, los terciarios.
En septiembre de 1224, tras cuarenta días de ayuno, Francisco estaba rezando en el monte Alverno cuando sintió un dolor mezclado con placer, y las marcas de la crucifixión de Cristo, los estigmas, aparecieron en su cuerpo. Los relatos sobre la aparición de estas marcas difieren, pero parece probable que fueran protuberancias nudosas de carne, parecidas a cabezas de clavo. Francisco fue llevado de regreso a Asís, donde pasó los años que le quedaban marcado por el dolor físico y por una ceguera casi total. Sus sufrimientos no hicieron disminuir su amor a Dios y a la creación como queda de manifiesto en su "Cántico de las criaturas", que se cree fue escrito en Asís en 1225, en el que el sol y el resto de la naturaleza son alabados como hermanos y hermanas, y el célebre incidente predicando a los gorriones, representado en numerosas ocasiones. Fue canonizado en 1228. En 1980 el papa Juan Pablo II le proclamó patrón de los ecologistas. En arte, los emblemas de san Francisco son el lobo, el cordero, los peces, los pájaros y los estigmas. Su festividad se celebra el 4 de octubre

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